Incremento de la Inversión Pública en los Sistemas de Cuidados Públicos

Este blog es parte de una serie que explora las cinco demandas de los Días de Acción Mundial de 2025 sobre Justicia Fiscal para los Derechos de las Mujeres.

Por: Erica Shiner, Canadians for Tax Fairness (C4TF)

En Canadá y en todo el mundo, las mujeres asumen la carga de políticas fiscales desiguales. Desde la evasión fiscal internacional hasta los vacíos legales que favorecen a los más acaudalados, el dinero canalizado a los ricos, a expensas del bolsillo público, tiene un profundo impacto negativo en las mujeres. La recaudación fiscal perdida hace que los recursos gubernamentales no sean destinados a servicios públicos como educación y cuidados infantiles. Y las mujeres se ven forzadas a compensar esa pérdida con trabajo gratuito. 

Dada la falta de una licencia de maternidad remunerada segura, de cuidados infantiles públicos y de un sistema de asistencia sanitaria debidamente financiado, las mujeres terminan pagando más, en términos de tiempo y trabajo, porque los ricos están pagando menos. La mujeres se desgastan desproporcionadamente para cuidar de los otros. Invertir en servicios públicos, como provisión de medicinas y vivienda asequible, es invertir en igualdad de género.

Si bien es cierto que esas inversiones ascienden a miles de millones, el dinero está disponible, solo que va a parar a las manos equivocadas. Cuando corrijamos nuestro actual sistema fiscal injusto, podremos permitirnos cuidar el uno del otro. 

Los impuestos progresivos integrales son una de las formas más confiables, justas y sostenibles de recaudar fondos para satisfacer las necesidades y los derechos de las mujeres. Muchos se preguntan cómo hacer esto, y la respuesta es que existen muchas opciones para crear una real justicia fiscal tanto en Canadá como a escala internacional. 

Un impuesto sobre el patrimonio de los súper ricos, que cuenta con un contundente respaldo de la opinión pública en todos los sectores, es ahora más urgente que nunca. Nuestro informe, elaborado junto con el Canadian Centre of Policy Alternatives, establece claramente que los ricos pagan significativamente menos impuestos que la clase media. Un impuesto sobre el patrimonio de los súper ricos representaría un gran avance en la solución de este problema. 

La tasa impositiva corporativa de Canadá se ha mantenido en niveles alarmantemente bajos por décadas. Nuestro reciente informe reveló que las ganancias de las sociedades terminan en manos de inversores, en lugar de ser reinyectadas en la economía. La brecha de género es evidente: la vasta mayoría de los inversores ricos que se benefician de tasas impositivas corporativas bajas son hombres. Así, es necesario que se aplique el impuesto sobre el patrimonio a las sociedades. 

Los beneficios de grandes sociedades han alcanzado niveles récords en Canadá durante los últimos cuatro años. Nuestro más reciente informe subraya la necesidad de crear un impuesto a las ganancias excesivas, puesto que las enormes ganancias generadas durante la fase más álgida de la pandemia no han disminuido. En tal sentido, podríamos generar miles de millones y destinarlos a programas sociales para atender las necesidades de las personas, y en especial de las mujeres. Crear un impuesto a las ganancias excesivas para todas las industrias es una deuda de larga data. 

Canadá también debe trabajar por el progreso de la coordinación internacional en materia de impuestos par ayudar a frenar la carrera mundial hacia la baja de los impuestos a la riqueza. Una iniciativa histórica, liderada por el African Group y los países del G77, ha establecido negociaciones en el seno de la ONU para crear una convención fiscal global. Esta iniciativa estaría dirigida a evitar la evasión fiscal de personas de alto patrimonio y aseguraría la aplicación de impuestos justos a las empresas multinacionales. Aunque Canadá ha estado dando muchas largas a la creación de una política fiscal progresiva nacional, ahora se muestra aún más reticente frente a los esfuerzos de la ONU de incorporar la equidad en nuestros sistemas tributarios. 

Canadá debe sumarse a la campaña de la justicia fiscal para todos, desde los canadienses de a pie hasta cada ciudadano del mundo. La justicia fiscal es un elemento clave de la justicia de género y una senda crucial para alcanzar la verdadera igualdad de género.