EE.UU. encabeza la clasificación del secreto financiero

Estado Unidos ocupa el primer puesto de una clasificación mundial de los países que más favorecen que las personas oculten su riqueza al Estado de derecho y ha recibido la peor puntuación registrada hasta la fecha desde que se inició la clasificación en 2009. El Índice de Secreto Financiero de Tax Justice Network de 2022, que se publica hoy, señala que la provisión de servicios de secreto financiero, como los que utilizan los oligarcas rusos, los evasores de impuestos y los políticos corruptos, va en descenso en todo el mundo debido a las reformas sobre transparencia. No obstante, solo cinco países del G7 —Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Alemania e Italia— son responsables de reducir a más de la mitad los avances contra el secreto financiero a nivel mundial.

En la víspera de la reunión de mañana de los ministros de Finanzas del G7, que se espera que renueven su compromiso de imponer sanciones a los activos ocultos de los oligarcas rusos, Tax Justice Network insta al G7 a que se comprometa con un registro mundial de activos para que se legisle y se exija la rendición de cuentas por los billones en «patrimonio ilegal» que las personas ricas tienen ocultos en países terceros. Se estima que las personas ricas ocultan al Estado de derecho 10 billones de USD en terceros países a través de acuerdos opacos. Esto equivale a 2,5 veces más que el valor de todos los billetes y monedas de dólares estadounidenses y euros que hay en circulación actualmente en todo el mundo.

El menoscabo de la transparencia mundial por parte de los países del G7 ha avivado aún más los llamamientos de importantes economistas en favor de una convención fiscal de las Naciones Unidas que aleje la regulación en materia de fiscalidad y las finanzas internacionales de las manos de unos pocos países ricos que, en repetidas ocasiones, han demostrado ser las mayores guaridas fiscales del mundo.

Alex Cobham, director ejecutivo de Tax Justice Network, dijo: 

«A nivel mundial, estamos empezado a frenar el secreto financiero que utilizan los oligarcas rusos y los evasores fiscales, así como los políticos corruptos y la delincuencia organizada de todo el mundo para ocultar y blanquear la riqueza adquirida de forma ilícita. Sin embargo, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia y Japón reducen esos avances mundiales a más de la mitad al incitar el secreto financiero en lugar de combatirlo. El G7 debe aclarar cuál es su posición en la lucha contra el secreto financiero comprometiéndose a un registro mundial de activos».

 

Los 10 mayores contribuidores al secreto financiero

En la edición de 2022 del Índice de Secreto Financiero de Tax Justice Network, que se publica cada dos años, se observa a algunas de las mayores economías del mundo escalar posiciones en la clasificación. Estados Unidos ha agrandado el abismo que le separa el resto del mundo al permitir la mayor contribución al secreto financiero que ha registrado el índice hasta la fecha, casi el doble que Suiza, el segundo mayor contribuidor del índice actualmente. Alemania, que es el país anfitrión de la reunión de ministros de Finanzas del G7 de mañana, ocupa la séptima posición y vuelve a situarse entre los 10 primeros tras caer al puesto 14.º en 2020. Japón, que volvió a los 10 primeros puestos en 2020, ha seguido escalando en el índice y, actualmente, se sitúa en el 6.º puesto.

  1. Estados Unidos
  2. Suiza
  3. Singapur
  4. Hong Kong
  5. Luxemburgo
  6. Japón
  7. Alemania
  8. Emiratos Árabes Unidos
  9. Islas Vírgenes Británicas (territorios británicos de ultramar)
  10. Guernsey (dependencia de la Corona británica)

El Índice de Secreto Financiero clasifica a cada país basándose en la intensidad en la que su sistema financiero y jurídico permite ocultar y blanquear dinero que se extrae de todo el mundo. El índice califica el sistema fiscal y jurídico de cada país con un puntaje de opacidad sobre 100, donde 0 significa que hay transparencia total y 100 que hay opacidad total. El puntaje de opacidad de un país se combina con el volumen de servicios financieros que ofrece a los no residentes para determinar el grado de secreto financiero que cada país contribuye al mundo.

Ocupar un puesto más alto en el índice no significa necesariamente que una jurisdicción tenga más leyes opacas, sino, más bien, que la jurisdicción desempeña un papel más importante a nivel mundial para permitir el secreto bancario, la titularidad anónima de empresas fantasma, la titularidad anónima de bienes inmuebles u otras formas de secreto financiero que, a su vez, facilitan el blanqueo de dinero, la evasión fiscal y la elusión de sanciones. Una jurisdicción muy opaca que ofrece muy pocos servicios financieros a los no residentes, como Maldivas, que ocupa el puesto 91.º, estará por debajo de una jurisdicción moderadamente opaca, pero que es un importante destino offshore, como Luxemburgo, (que ocupa el puesto 5.º).

 

Principales cambios en la clasificación

La guarida fiscal de EE. UU. amenaza la promesa de Biden de luchar contra las finanzas ilícitas.

Estados Unidos encabezó el índice tras aumentar su contribución al secreto financiero mundial en casi un tercio (31 %) desde 2020, lo que supuso la mayor contribución de secreto financiero medido hasta la fecha por el índice. Actualmente, la contribución de Estados Unidos al secreto financiero es casi el doble que la de Suiza, que ocupa el segundo puesto. El aumento se debe, en parte, a que el puntaje de opacidad de Estados Unidos empeoró y paso de 63 a 67 de 100, sobre todo, por volver a incumplir las normas internacionales y las prácticas de intercambio de información con otros países. Los países que todavía no cumplen estas normas internacionales, algunas de las cuales existen desde hace más de una década, se han calificado con mayor dureza en la edición de 2022 del índice. El aumento también obedece a que EE. UU. aumentó el volumen de servicios financieros que ofrece a los no residentes en un 21 %.

Esto choca con los compromisos del presidente de Estados Unidos Joe Biden y los esfuerzos contra el secreto financiero mundial. Las reformas sobre transparencia constituyen un pilar fundamental de la política exterior del presidente Joe Biden, que afirmó: «Lideraré los esfuerzos a nivel internacional para llevar la transparencia al sistema financiero mundial, perseguir las guaridas fiscales ilícitas, incautar los activos robados y ponérselo difícil a los líderes que roban a su pueblo para esconderse tras empresas ficticias anónimas».

La administración de Biden adoptó medidas sin precedentes en sus primeros meses de trabajo para frenar el galopante abuso fiscal corporativo de empresas multinacionales abogando por un tipo impositivo mínimo mundial. En su primera comparecencia pública ante el Congreso, el día antes de cumplir 100 días de legislatura, el presidente Biden denunció el papel que desempeñan Suiza, las Islas Caimán y Bermudas para facilitar que las corporaciones multinacionales abusen de los impuestos: «Muchas empresas también evaden impuestos a través de guaridas fiscales en Suiza y las Islas Caimán y Bermudas».

La administración de Biden también ha reconocido abiertamente el papel de su país en la permisión de la evasión fiscal mundial y el blanqueo de capitales por parte de personas ricas. La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, señaló en diciembre de 2021 que Estados Unidos podría ser «el mejor lugar para blanquear y ocultar ganancias obtenidas de forma ilícita».

Actualmente, Estados Unidos aporta más secreto financiero a nivel mundial que Suiza, las Islas Caimán y Bermudas juntos. En un estudio independiente publicado en noviembre de 2021, Tax Justice Network indicó que Estados Unidos es responsable de que el resto del mundo pierda 20 mil millones de USD de impuestos al año al permitir a los no residentes ocultar sus finanzas y evadir impuestos.

Estados Unidos adoptó una ley de transparencia histórica en enero de 2021 que exigía identificar y registrar a los beneficiarios finales de las corporaciones. No obstante, debido a las restrictivas definiciones sobre qué entidades jurídicas y beneficiarios finales deben registrarse, la incorporación de 23 exenciones al registro y la ausencia de requisitos en todos los fideicomisos, la ley no supuso una mejora notable del puntaje de opacidad en el índice para Estados Unidos.

El índice identifica que uno de los factores más perjudiciales de la postura de EE. UU. como capital de opacidad del mundo es la negativa del país al intercambio recíproco de información con las autoridades fiscales de otros países. En la actualidad, más de 100 países comparten información automáticamente sobre las cuentas financieras que los no residentes tienen en su jurisdicción con las autoridades tributarias del país de los no residentes en virtud del Estándar Común de Reporte de la OCDE. La OCDE informó en 2020 de que el intercambio automático de información logró aportar transparencia a más de 11 billones de USD en patrimonio y activos que estaban ocultos. Asimismo, 135 países también intercambiaron información a través de los métodos de facilitación definidos en el Convenio de Asistencia Administrativa Mutua en Materia Fiscal (en su versión modificada), que van más allá del Estándar Común de Reporte. EE. UU. sigue siendo la única gran economía que no forma parte. Resulta hipócrita que Estados Unidos, en virtud de la Ley de cumplimiento tributario de cuentas extranjeras (FATCA, por sus siglas en inglés) y los acuerdos intergubernamentales asociados (IGA, por sus siglas en inglés), sí exija que todos los países compartan información sobre las cuentas financieras en el extranjero de los contribuyentes estadounidenses, mientras que Estados Unidos, por su parte, comparte poca o ninguna información con los países sobre sus residentes.

Si Estados Unidos intercambiase información de forma recíproca con otros países adoptando el Estándar Común de Reporte y pasase a formar parte del Convenio de Asistencia Administrativa Mutua en Materia Fiscal (en su versión modificada), reduciría su contribución al secreto financiero mundial en un 40 % y bajaría al tercer puesto en el índice, por debajo de Suiza y Singapur.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó al Congreso a avanzar en el intercambio automático y recíproco de información sobre activos digitales, en relación con su solicitud presupuestaria de 2023. Todavía está por ver si el Congreso promoverá estas reformas, algo que no sucedió cuando el anterior presidente de Estados Unidos, Obama, hizo la misma petición.

Ian Gary, director ejecutivo de la Coalición de Responsabilidad Financiera y Transparencia Corporativa (FACT, por sus siglas en inglés), con sede en EE. UU., expresó:

«Estados Unidos está comprometido con liderar las medidas drásticas contra la corrupción mundial, pero estas clasificaciones ponen de manifiesto cómo los agentes corruptos utilizan nuestro sistema financiero como un arma contra la democracia, aquí y en el extranjero. Tanto el Congreso como la administración de Biden han progresado, pero ahora, deben seguir la ambiciosa estrategia anticorrupción de EE. UU., empezando por aplicar la Ley de transparencia corporativa. Estados Unidos también debe respaldar un mayor intercambio automático de información entre los distintos países; arrojar luz sobre el sector inmobiliario de los Estados Unidos, la inversión privada y los sectores de facilitadores financieros; además de fomentar la financiación de los principales organismos».

Singapur se sitúa entre los tres primeros puestos por primera vez

Singapur aumentó su contribución al secreto financiero mundial en un 14 %. Esto responde a un incremento de dos puntos en el puntaje de opacidad, de 65 a 67, y a un aumento del 9 % en el volumen de servicios financieros que presta el país a los no residentes. Singapur saltó del 5.º al 3.º puesto después de que las Islas Caimán y Hong Kong, que estaban por encima de Singapur en la clasificación, redujeran su contribución al secreto financiero.

Hong Kong ha moderado su contribución al secreto financiero en un 10,5 % desde 2020 tras una reducción del puntaje de opacidad de 66 a 65 y una caída del 13 % en los servicios financieros que se proporcionan a los no residentes.

Las Islas Caimán descienden del primer puesto tras divulgar datos

Las Islas Caimán bajaron del primer puesto al 14.º en el índice después de que los territorios británicos de ultramar publicaran por primera vez datos que indicaban el alcance real de los servicios financieros que proporcionan a los no residentes, si bien los datos divulgados eran notablemente inferiores a lo que se había estimado.

Ante la ausencia de datos divulgados por las autoridades de las Islas Caimán en la base de datos de balanza de pagos del FMI, el índice utilizó previamente datos de la Encuesta Coordinada sobre la Inversión de Cartera del FMI. Solo 30 de las 141 jurisdicciones del índice no tienen datos en la base de datos de balanza de pagos del FMI, por lo que se evalúan de forma alternativa basándose en la base de datos de Encuesta Coordinada sobre la Inversión de Cartera del FMI. Sin embargo, el hecho de que las Islas Caimán reciba de forma tan desproporcionada las inversiones de cartera transfronterizas lo convierte en un lugar único para observar importantes discrepancias en la actividad financiera estimada que se extrae de ambas bases de datos.

A pesar de la publicación de cifras más bajas con respecto a la provisión de servicios financieros, los territorios británicos de ultramar, con una población de 66 000, siguen situándose entre las economías más grandes del mundo, incluidos los miembros del G20 Argentina, Australia, Brasil, India, Indonesia, Italia, México, Rusia, Sudáfrica, Arabia Saudí, Corea del Sur y Turquía, lo que da buena muestra del enorme volumen de riqueza que se envía a las Islas Caimán.

La caída del puntaje de opacidad de 76 a 72, causada, principalmente, por la ampliación de la aplicación por parte del Gobierno de Reino Unido de la ratificación de Reino Unido del Convenio de las Naciones Unidas para la represión de la financiación del terrorismo a las Islas Caimán en 2021 y la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción en 2020, también ha favorecido la reducción del secreto financiero de las Islas Caimán. Reino Unido ratificó el convenio y la convención hace 20 años. Las Islas Caimán, territorio británico de ultramar, son uno de los distintos territorios de ultramar y dependencias de la Corona británica que componen la telaraña de Reino Unido, un conjunto de jurisdicciones británicas de ultramar que funciona como una red de guaridas fiscales que se centra alrededor de la City de Londres. Reino Unido tiene plenas facultades para imponer un veto a la legislación en estas jurisdicciones y la potestad para designar a los nuevos funcionares del gobierno recae en la Corona Británica. En sus comunicaciones con el Secretario General de la ONU para anunciar la aplicación del convenio y la convención a las Islas Caimán, el Gobierno de Reino Unido confirmó que es responsable de las relaciones internacionales de este país.

Como consecuencia del descenso de las Islas Caimán del primer puesto, Suiza y Luxemburgo escalaron una posición en la clasificación, a pesar de que ambos países redujeron su contribución al secreto financiero. Suiza, que se sitúa actualmente en la 2.ª posición, redujo su contribución en un 17 % tras mejorar su puntaje de opacidad de 74 a 70 y reducir el volumen de servicios financieros que ofrece a los no residentes en un 5 %. Suiza mejoró su puntaje de opacidad al exigir los informes país por país a las empresas extractivas suizas, lo que implicaba el uso de un identificador de entidad jurídica actualizado para algunos operadores del mercado financiero y hacer algunas mejoras parciales en sus prácticas de secreto bancario. Luxemburgo, que ocupa actualmente el 5.º puesto, redujo su contribución al secreto financiero en un 5 % debido a una caída del 8,5 % en los servicios financieros proporcionados a los no residentes.

 

A pesar de la subversión del G7, el secreto financiero sigue disminuyendo en todo el mundo

El total mundial de secreto financiero al que contribuyen los países no ha dejado de descender. El Índice de Secreto Financiero observó una reducción del 2 % en el secreto financiero total, seguida de una reducción del 7 % en 2020. Esta reducción supone que hay menos espacio para el tipo de prácticas que están en el punto de mira habida cuenta de que los países tratan de imponer sanciones a los oligarcas rusos. Estas prácticas incluyen el secreto bancario, la titularidad anónima de bienes inmuebles y el uso de fideicomisos para trasladar el patrimonio más allá del alcance de la ley.

El índice señala que este progreso está motivado, principalmente, por el hecho de que cada vez más países adoptan o mejoran las leyes de registro de beneficiarios finales, lo que requiere la identificación y el registro de la persona real, de carne y hueso que, en última instancia, posee, controla o se beneficia de una empresa o vehículo jurídico. Además, cada vez más países, en particular, los países de bajos ingresos, mejoran la cooperación internacional en los esfuerzos contra el blanqueo de dinero, el intercambio de información, los tratados y la cooperación judicial.

No obstante, el reciente freno mundial al secreto financiero se contrarrestó en más de la mitad por parte de solo cinco de los países del G7 cuyos ministros de Finanzas está previsto que comprometan de nuevo esta semana a aplicar sanciones a los activos ocultos de los oligarcas rusos. Si se excluyen los aumentos en secreto financiero de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Japón e Italia, el Índice de Secreto Financiero de 2022 concluye que el secreto financiero mundial se redujo, en realidad, en un 5 %. No obstante, los cinco países del G7 aumentaron sus contribuciones al secreto financiero lo suficiente como para que la reducción del 5 % mundial en secreto financiero llegara hasta el 2 %. Esto se traduce en que los oligarcas rusos, así como los evasores fiscales, los blanqueadores de dinero y los políticos corruptos de todo el mundo tienen más margen de maniobra para esconder sus activos.

Los cinco países miembros del Grupo de Trabajo sobre Élites, Apoderados y Oligarcas Rusos (REPO), que se ha puesto en marcha este año para garantizar una aplicación eficaz de las sanciones contra los oligarcas rusos, actualmente, aportan una octava parte (el 12,75 %) de todo el secreto financiero del mundo.

Rusia aumentó su contribución al secreto financiero mundial en un 5,5 %, y pasó del puesto 44.º al 43.º de la clasificación. El aumento de la contribución de Rusia al secreto financiero se debió al empeoramiento del puntaje de opacidad, que pasó de 57 a 60 de 100 tras promulgar una ley que permite la creación de fundaciones privadas o «fondos personales» sin ninguna indicación de que sus titulares deban estar registrados en una autoridad pública y después de que dejara de compartir estadísticas bancarias bilaterales con el Banco de Pagos Internacionales. El volumen de servicios financieros que Rusia ofrece a los no residentes se redujo en un 21 % entre 2020 y 2022 antes de invadir Ukrania.

El índice concluye con preocupación que ni Estados Unidos, ni Reino Unido, ni Alemania, ni Italia emprendan las medidas necesarias para abordar el uso de fideicomisos para ocultar la riqueza y los activos del Estado de derecho. De todas las prácticas de secreto financiero que se han mirado con lupa en los últimos meses, se ha prestado especial atención al uso de fideicomisos como arma de opacidad después de que un periodista de investigación sacara a la luz a oligarcas rusos que se valen de fideicomisos para esconder sus activos y de que se descubriera que el ministro de Economía de Reino Unido, Rishi Sunak, figuraba como beneficiario de fideicomisos en las Islas Vírgenes Británicas (que ocupan la 10.ª posición del índice) y las Islas Caimán (que ocupan la 14.ª posición).

  1. UU. recibió la peor puntuación posible (100 de 100) por su regulación de los fideicomisos, uno de los 20 indicadores en los que se basa el puntaje de opacidad de cada país. Actualmente, EE. UU no tiene leyes ni políticas que exijan de forma sistemática a todos los fideicomisos que registren su existencia ni información sobre sus titulares y beneficiarios. La puntuación de Alemania de su regulación de fideicomisos se ha agravado radicalmente de 25 a 87,5 de 100 debido a las restricciones que implantó el país, que impiden el acceso público a la información sobre los titulares y beneficiarios de los fideicomisos. Reino Unido mantuvo una puntuación de 50 de 100 en su regulación de fideicomisos a pesar de aprobar nuevas normas que exigían a los fideicomisos registrar información sobre su titularidad. Las nuevas normas permitían demasiadas lagunas y exenciones como para que el índice las considerase una mejora real en materia de transparencia. Del mismo modo, Italia conservó una puntuación de 50 de 100 tras la emisión de un nuevo decreto que requería que más fideicomisos se registraran ante la autoridad nacional, pero que, más tarde, fue suspendido por el Consejo de Estado.

Desglose adicional del secreto financiero de los países del G7:

  • Alemania aumentó su contribución al secreto financiero mundial en más de un tercio (36 %) tras el empeoramiento de su puntaje de opacidad de 52 a 57 de 100 y un aumento del 11 % en el volumen de servicios financieros que ofrece a los no residentes. El deterioro del puntaje de opacidad de Alemania se debe, principalmente, a la tímida implementación de las nuevas leyes de transparencia que ha aprobado el país en el periodo anterior de la edición de 2020 del Índice de Secreto Financiero. Debido a las nuevas leyes, que exigían a los beneficiarios finales de empresas, fideicomisos y sociedades registrar información, Alemania quedó fuera de las 10 primeras posiciones del índice por primera vez desde 2020. Sin embargo, las restricciones impuestas desde la edición de 2020 del índice, que dificultaban el acceso público a la información recopilada en virtud de las nuevas leyes, supusieron que Alemania volviera a situarse entre los 10 primeros países ocupando el 7.º puesto.
     
  • Italia aumentó su contribución al secreto financiero mundial en más de un tercio (37 %) tras el empeoramiento de su puntaje de opacidad de 50 a 55 de 100 y un aumento del 19 % en el volumen de servicios financieros que ofrece a los no residentes. Como consecuencia, Italia ha subido 20 puestos en la clasificación y ha pasado del puesto 41.º al 21.º. El deterioro del puntaje de opacidad de Italia se debe, principalmente, a la paralización de la aplicación de las leyes de beneficiarios finales y al hecho de que la información de titulares legales sea menos accesible para el público. Italia tampoco ha estado a la altura de los criterios más estrictos de la edición de 2022 del índice para evaluar las normas de publicación de las resoluciones fiscales y el tratamiento fiscal de los ingresos de inversión, especialmente, entre los residentes no domiciliados.
     
  • Japón incrementó su contribución de secreto financiero al resto del mundo en un 10 % tras ampliar el volumen de servicios financieros que ofrece a los no residentes en un 28 %. El puntaje de opacidad de Japón solo empeoró ligeramente, de 62,9 a 63,1 de 100. Japón escaló del puesto 7.º al 6.º, aunque este cambio se debió a que las Islas Caimán abandonaron los primeros puestos de la clasificación.
     
  • Reino Unido aumentó su contribución al secreto financiero mundial en un 2 %, a pesar de que el volumen de servicios financieros que ofrece a los no residentes se redujo en un 11 %. El puntaje de opacidad de Reino Unido se deterioró de 46 a 47 de 100 después de que el índice hiciera más hincapié en la transparencia de las sentencias judiciales. Actualmente, Reino Unido no publica todas las sentencias del Tribunal de primera instancia (First-tier Tribunal) y el Tribunal superior (Upper Tribunal). A pesar de la escalada del secreto financiero, Reino Unido bajó del puesto 12.º al 13.º en la clasificación después de que tanto Alemania como China ascendieran bruscamente en la clasificación y superaran a Reino Unido en el camino.
     
  • Canadá y Francia redujeron su contribución al secreto financiero mundial (Canadá en un 20 % y Francia en un 2 %). La reducción del secreto financiero de ambos países se debió a la mejora de los puntajes de opacidad (de 56 a 51 en el caso de Canadá y de 50 a 48 en el de Francia).

 

Crecen los llamamientos para controlar la riqueza ilícita mediante un registro mundial de activos

Importantes economistas y activistas de todo el mundo instan a los ministros del G7 que se reunirán mañana a que se comprometan con un registro mundial de activos para legislar y aportar transparencia a los billones en patrimonio y activos que existen de forma opaca en países terceros.

La propuesta de un registro mundial de activos ha cobrado relevancia rápidamente después de que el primer ministro italiano Mario Draghi pidiese en marzo un registro internacional de activos para quienes tengan activos de más de 10 millones de euros. Los comisarios de la Comisión Independiente de la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT, por sus siglas en inglés), incluidos importantes economistas como Gabriel Zucman, Joseph Stiglitz y Thomas Piketty, así como la jueza de instrucción francesa Eva Joly, en una carta enviada el pasado mes, instaron al G20 a crear un registro mundial de activos.

El hecho de que el G7 estimule el secreto financiero también amplifica los llamamientos para alejar la regulación en materia de fiscalidad y finanzas internacionales de las manos de unos pocos países ricos y para que la ONU establezca una convención fiscal de las Naciones Unidas.

Alex Cobham, director ejecutivo en Tax Justice Network, manifestó:

«Actualmente, hay más riqueza oculta en países terceros, más allá del Estado de derecho, que dólares estadounidenses y euros cambiando de manos: más del doble, para ser exactos». Esta riqueza ilícita es una amenaza para nuestras democracias, nuestras economías y nuestra seguridad. Los gobiernos deben establecer y vincular los registros mundiales de activos para legislar y aportar transparencia a los billones ocultos en terceros países y erradicar la era del Lejano Oeste de la riqueza.

«El Índice de Secreto Financiero de 2022 confirma que las reformas de transparencia funcionan a pesar del sabotaje de la mayoría de países del G7 que se reúnen mañana». A nivel mundial, estamos empezado a frenar el secreto financiero que utilizan los oligarcas rusos y los evasores fiscales, así como los políticos corruptos y la delincuencia organizada de todo el mundo para ocultar y blanquear la riqueza adquirida de forma ilícita. Sin embargo, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia y Japón reducen esos avances mundiales a más de la mitad al incitar el secreto financiero en lugar de combatirlo. El G7 debe aclarar cuál es su posición en la lucha contra el secreto financiero comprometiéndose a un registro mundial de activos».

Moran Harari, investigador principal (índices) y director en funciones de secreto financiero y gobernanza de Tax Justice Network dijo:

«Una vez más, un reducido grupo de países ricos fijan las normas mundiales en materia de finanzas y fiscalidad y estos resultan ser los principales responsables de facilitar la opacidad financiera y los abusos fiscales». Durante décadas, los países ricos del G7 han seducido a multimillonarios, oligarcas y gigantes corporativos con lagunas opacas y regulaciones que hacen la vista gorda. Las regulaciones que han impuesto facilitaron el robo de miles de millones de las arcas públicas de los países más pobres. Ahora, esas mismas regulaciones hacen que sea prácticamente imposible que los propios países del G7 rastreen los miles de millones que los oligarcas rusos sancionados tienen en terceros países. Debemos trasladar la regulación de las finanzas y la fiscalidad mundiales a la ONU. Solo una convención fiscal de las Naciones Unidas puede garantizar que las normas mundiales en materia de finanzas y fiscalidad sean verdaderamente democráticas y se rijan por los principios de los derechos humanos.

Gabriel Zucman, director del Observatorio Fiscal de la UE, dijo:

«La idea de un registro mundial de activos puede sonar revolucionaria, pero, en realidad, no lo es. Partimos de que muchos países tienen registros de bienes inmuebles y tierras desde hace siglos. Cuando se introdujeron, el grueso de las riquezas lo constituían, en efecto, los bienes inmuebles y las tierras. Por tanto, estos registros registraban la titularidad de prácticamente toda la riqueza. Lo que ocurre es que, ahora, la riqueza financiera desempeña un papel mucho más importante: hoy en día, más de la mitad del patrimonio de los hogares es de carácter financiero. El problema es que estos registros no han tenido en cuenta estos cambios. La idea de un registro mundial de activos es modernizar las herramientas existentes que ya tenemos, identificar mejor a los beneficiarios finales de los activos y ampliar los registros existentes para que los activos financieros recuperen su propósito inicial, que consiste en cubrir la titularidad de todas las formas de riqueza».

Jayati Ghosh, miembro del consejo asesor de alto nivel del Secretario General de la ONU sobre el multilateralismo eficaz dijo:

«La guerra de Ucrania y los intentos de los países occidentales de perseguir a los oligarcas rusos ha demostrado que la falta de transparencia que ha puesto de manifiesto el Índice de Secreto Financiero de 2022 puede dañar a todos los países, también a los ricos. Tratar de proteger a tu propia élite puede ser contraproducente cuando te das cuenta de que el sistema también protege a las personas a las que quieres perseguir».

«La atención pública se ha centrado mucho más en las diferentes formas en la que se tiene riqueza. La gente también se ha dado cuenta de que no es tan difícil identificar al beneficiario final de esta riqueza oculta, al menos, una parte de la misma. Ahora, sabemos a qué oligarca pertenece qué yate. Por eso, creo que hay mucha más voluntad a nivel mundial para aceptar la necesidad y la posibilidad de un registro mundial de activos».

José Antonio Ocampo, presidente de la Comisión Independiente de la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT) y ex Secretario General Adjunto de la Organización de las Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales, dijo:

«La pandemia ha tenido una enorme repercusión económica y social, pero los países en desarrollo son los que más han sufrido». En Latinoamérica, por ejemplo, las nuevas investigaciones indican que la recaudación fiscal ha caído, tanto en términos nominales como en proporción del PIB. Con el aumento de los precios de la energía y los alimentos, la guerra de Ucrania empeorará todavía más la situación. Los países en desarrollo necesitan más medios para financiar políticas sociales. El informe del Índice de Secreto Financiero de 2022 nos recuerda la medida en la que las guaridas fiscales impiden la tributación de la riqueza y la generación de recursos en un momento crucial».

Magdalena Sepúlveda, directora ejecutiva de la Global Initiative for Economic, Social, and Cultural Rights (Iniciativa global para derechos económicos, sociales y culturales) dijo:

«Tras dos años de pandemia que todavía no ha llegado a su fin, la cuestión no es volver a la normalidad que ha producido tanta desigualdad y pobreza. Ahora, urge construir unas economías más sostenibles, inclusivas y verdes, unas economías que ayuden a las mujeres y den prioridad a las inversiones en el cuidado».

«Estos esfuerzos tienen un coste. Los Estados, que han gastado tanto para responder ante la pandemia, no solo deben recobrar sus recursos, sino también aumentarlos para financiar su recuperación. Una las posibles vías es estudiar una tributación justa de la riqueza y el ingreso de capital y atacar la elusión fiscal de las multinacionales y los más ricos, que nunca lo han sido tanto. Este informe nos recuerda la urgencia de acabar con el escándalo de la evasión fiscal. Para ello, los países más ricos deben comprometerse con la creación de un registro mundial de activos para acabar con las guaridas fiscales de una vez por todas».

La Hble. Irene Ovonji-Odida, panelista del Panel de Alto Nivel sobre la Responsabilidad, la Transparencia y la Integridad Financieras Internacionales, declaró:

«Un reciente informe de la UNCTAD sobre el desarrollo económico en África concluyó que aproximadamente 88 600 millones de USD salen del continente como fuga ilícita de capitales. Esto es suficiente para financiar casi la mitad del déficit anual de financiación de 200 000 millones de USD al que se enfrenta el continente para lograr el desarrollo y cumplir los ODS para 2030. También representa casi el 4 % del PIB del continente, mucho más que la ayuda internacional recibida».

«Naturalmente, todo esto se debe a las bochornosas prácticas de las élites mundiales y locales que el sistema financiero internacional facilita con todas sus deficiencias y con ayuda de una amplia red de contables y abogados de países ricos que les permiten ocultar su riqueza legalmente. Con un registro mundial de activos, sería posible identificar a los beneficiarios finales de esta riqueza oculta y obligarles a pagar impuestos que constituyan unos preciados recursos para África. La comunidad internacional sabe lo que hay que hacer, es solo la falta de voluntad política y los intereses creados los que impiden soluciones reales y perpetúan un sistema que genera enormes desigualdades entre los países y dentro de ellos».