El principal logro de las Jornadas de lucha organizadas del 8 a 22 de marzo en América Latina y Caribe, a instancias de la iniciativa de la Alianza Global por la Justicia Fiscal, fue el acercamiento logrado entre las agendas del feminismo y del movimiento por la justicia fiscal.
El 8 de Marzo, Día internacional de la Mujer Trabajadora, el grupo de fiscalidad y género de Latinoamérica y Caribe había publicado una declaración titulada “¡Que los impuestos ayuden a mejorar la vida de las mujeres!” para acompañar las numerosas marchas en el continente y el mundo, y lanzar oficialmente las Jornadas de lucha.
“El Estado, afirma el Grupo, tiene la obligación de garantizar la plena vigencia de estos derechos a favor de las mujeres y es la herramienta con el rol indelegable de reducir las desigualdades. Para cumplir con estos objetivos debe implementar políticas públicas que requieren financiamiento. Los impuestos constituyen la fuente principal y genuina de recursos presupuestarios, por lo que la política tributaria se convierte en un instrumento fundamental para el bienestar de las mujeres y la reducción de las brechas. América Latina se caracteriza por una baja presión tributaria y una injusta estructura de recaudación debido al poder con que cuentan las grandes corporaciones multinacionales y las élites ricas para redactar y controlar las normas fiscales. Mientras que las personas en situación de pobreza, especialmente las mujeres, tienen menos oportunidades de alzar la voz y tener una representación para proponer o incidir en las políticas fiscales que les afectan directa y negativamente”.
En seguida, todas las actividades regionales que tuvieron lugar en la Ciudad de México entre el 17 y el 27 de marzo, organizadas por SES y Latindadd, contaron con una fuerte perspectiva feminista. Entre los desafíos más importantes de los identificados por los panelistas en las diferentes intervenciones, apareció insistentemente la necesidad de combatir los privilegios de género como parte de todas aquellas causas de desigualdad social, cultural y económica.
Por otra parte, se consolidó el grupo regional de género y fiscalidad y sus integrantes tuvieron oportunidad de planificar el año de actividades para que la construcción iniciada tenga cada vez más reconocimiento y extensión. Así, se estableció que a partir del año próximo, las giras regionales por la justicia fiscal cuenten con un módulo de contenido exclusivamente dedicado a la cuestión de género para trabajar en cada organización nacional y con multiactores y que, además, en los países donde se realizan las giras de campaña, exista un espacio para reunirse con las agrupaciones y organizaciones del feminismo local.
Tanto en la reunión con especialistas y con periodistas en la CEPAL sede Ciudad de México, como en el III Encuentro con Congresistas por Justicia Fiscal llevado a cabo en el Congreso Nacional de México y en la Conferencia y luego la Asamblea de Latindadd, los discursos de refundación y convocando a las transformaciones necesarias de cara al futuro de los movimientos populares de la región, hicieron foco en la centralidad de la experiencia del feminismo regional. Así, los contenidos en las intervenciones dieron cuenta de la gran consigna que tendrá que seguir trabajándose hasta que se haga realidad: sin igualdad de género no hay justicia fiscal.