¿Por qué el plátano está disponible al mismo precio en su supermercado local, en invierno y verano, los 365 días del año? ¿Alguien está siendo explorado para mantener este precio? En este texto, vamos a analizar cómo funciona el bajo precio de los plátanos, dónde están las mujeres en el comercio mundial, y el impacto de los flujos financieros ilícitos dentro del proceso.
Por Tamara Naidoo
La economía global y las relaciones internacionales se consideran en un lenguaje neutro en términos de género, a menos que se trate de un problema específico, como la brecha salarial. Sin embargo, como comenta Cynthia Enloe, feminista y estudiosa de las relaciones internacionales, en su sarcástico libro Bananas, Beaches and Bases: Making Feminist Sense of International Politics‘ (2014), las relaciones de género están arraigadas en todo que ha sido creado por los seres humanos, incluso en el comercio internacional de plátanos.
En su libro, Enloe cuestiona dónde están las mujeres en la política internacional de plátanos. Ella nos pide que ‘ejercitemos una curiosidad genuina’ sobre cada mujer en este sistema internacional: sea una trabajadora doméstica en la casa del CEO, o una que empaca cajas en un almacén o la responsable por las compras de una casa. Lxs feministas deben pensar en esos actores dentro del sistema de economía global, extendiendo su imaginación a “aquellas mujeres en las que aún no han pensado”.
Panorama de las relaciones de género en el comercio internacional de bananas
Enloe empieza un experimento mental para imaginar la cadena de valor global de los plátanos y las mujeres que forman parte de ella. Piénselo de esta manera: las alianzas entre hombres resultaron en las plantaciones de plátano; los empresarios y los funcionarios hombres de los países importadores hicieron negocios con los dueños de las tierras y los funcionarios gubernamentales de los países exportadores, todos hombres.
Es común que plantaciones que requieren machetes para el trabajo, como las de plátano, dispongan de mano de obra masculina, pero como lo prueban las mujeres de Ghana y Uganda, el género no es necesariamente llevado en consideración en la distribución de la mano de obra en las plantaciones. ¡Las mujeres de la industria de plátano en estos dos países también trabajan duro! Más adelante en la cadena de valor global, los ejecutivos de las empresas (generalmente hombres) invierten una gran parte del capital en equipos y tecnología para el transporte de esta frágil fruta tropical a los mercados extranjeros. Luego, las empresas empiezan a centrarse en mujeres que buscan un producto confiable para la nutrición de sus familias. El éxito de la práctica comercial internacional actual muestra que los países ricos importan bananas de países principalmente pobres y, en gran parte, agrarios. Dado que la mayoría de nosotros obtenemos nuestros plátanos de grandes corporaciones de agronegocios, al conversar con las mujeres del mercado senegalés también se destaca cuánto desean poder vender sus plátanos en los mercados internacionales.
Injusticias en el comercio internacional
Los Flujos Financieros Ilícitos (FFIs) son la práctica de mover dinero ilegalmente de un país a otro. Para analizar cómo estos flujos están presentes en el comercio mundial de bananas, hay varias prácticas reconocidas en todos los negocios internacionales. Para ser breve, comencemos con el punto de que, a diferencia de todo lo demás en esta vida, los plátanos tienen una rara capacidad de mantener un cierto rango de precios.
Como informa Joseph Stromberg, la estandarización, el cultivo y la producción en masa del Cavendish tuvieron tanto éxito que se redujo el precio de los plátanos para los consumidores. ¿Se puede creer que los consumidores protestan con tanta fuerza contra el aumento de los precios del plátano que los supermercados voluntariamente pierden para asegurarse de que los consumidores sigan comprando? Me pregunto por qué no hemos hecho algo así con productos sanitarios. Suena raro que los plátanos baratos pueden llevar las madres (el objetivo principal) a una tienda, pero no los tampones a buen precio. Otro punto que los precios tampoco tienen en cuenta es la degradación ambiental causada por la exploración de la tierra a largo plazo y a gran escala en las economías agrarias.
Y hay más en esta historia sobre el precio cuando se observa el comercio mundial de plátanos.
De acuerdo con la investigación sobre plátanos centroamericanos realizada por Hong y Pak (2014), solo en noviembre de 2009, Estados Unidos importó 9.847 toneladas de plátanos de Costa Rica por USD 2.3 millones (costo, seguro y flete), pagando USD 0,24 por kilo. Sin embargo, el precio del importador de libre mercado registrado por la UNCTAD para el mismo mes fue de USD 0,83 por kilo. Esta diferencia en los precios significó una devaluación del importador estadounidense de $ 6 millones. La importación de plátano muestra una subvaluación significativa, en una situación que los académicos llaman gentilmente una «alta probabilidad de errores en la fijación de precios». Al profundizar en el tema, un informe de 2015 subraya cómo la burocracia en aduanas no ha adaptado las técnicas de monitoreo de manera adecuada para realizar un seguimiento de las relaciones comerciales de las últimas décadas. En las prácticas actuales, los equipos de aduanas esperaban realizar investigaciones al azar o esperar a que los informantes les avisaran sobre precios anormales, es decir, es una gestión ineficiente. Una forma de mejorar el monitoreo es supervisar las discrepancias con los informes de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo).
El precio de exportación de medio kilo de bananas sería de USD 0,16 en Ecuador, donde los costos laborales son de USD 0,12, la producción cuesta USD 0,13 y las ganancias imponibles USD 0,12. Solamente las actividades en estas guaridas fiscales proporcionan respectivamente a las corporaciones de plátano una red de compras (USD 1,20), branding (USD 0,50), servicios financieros (USD 1,20) y seguros (USD 0,50). Al pagar un ingreso a servicios intermedios falsos, a un precio determinado por las propias corporaciones, cobrando a sí mismos por estas actividades, la práctica permanece sin control por parte de los auditores y los carteles se escapan sin pagar los debidos impuestos. Como consecuencia, gracias a los flujos financieros, el precio de importación de plátano al Reino Unido es de USD 0,76, un precio de importación mucho más alto que lo de exportación.
El impacto de los flujos financieros ilícitos para la desigualdad de género
En las palabras de Cynthia Enloe, “el internacional es personal” porque es imposible separar el ámbito individual de la complejidad del sistema global. En resumen, la dinámica del comercio de plátano es problemática porque, se paga poco a los trabajadores de plantaciones en países como Ecuador y los bajos precios de exportación significan menos ingresos por impuestos para el estado.
A su vez, la economía débil presiona a las mujeres para que se involucren más en actividades de cuidado. Al mismo tiempo, en el caso de Ecuador, una crisis regional de refugiados de Venezuela está sobrevalorando recursos preciosos. A fin de cuentas, cuanto menos impuestos corporativos se reintegran los países a sus sistemas de bienestar social, mayor es la carga de las mujeres que usan sus recursos personales para llenar las brechas sistémicas en salud, educación e infraestructura. Se puede calcular el valor del cuidado en esta calculadora de Oxfam. La realidad es que si no se controla los flujos financieros ilícitos, el valor aumentará.
https://www.facebook.com/TaxJusticeNetworkAfrica/
Por supuesto que el panorama es bastante diferente para las corporaciones de plátano, para las cuales los flujos financieros ilícitos protegen ganancias considerables para la élite empresarial y su rentabilidad garantiza el status quo de los negocios internacionales. El punto positivo es que los flujos financieros ilícitos están recibiendo una atención sin precedentes en el ámbito internacional. Su atención y la del público en general sobre la creciente desigualdad global (sobretodo a través de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible) es la mejor forma de hacer oír nuestras voces por la reforma del comercio internacional. Para más informaciones sobre cómo ONGs están abordando el tema de la evasión fiscal y el género, AWID, la Association for Women’s Rights in Development ofrece un análisis fantástico sobre los impactos de los flujos financieros ilícitos en la brecha de género.
En marzo, mes de las mujeres, es nuestro deber honrar a todas las feministas participando en las nuevas fronteras del debate feminista y del comercio internacional. Nuestros agradecimientos al Tax Justice Network Africa por mantenerse en esta batalla con la campaña #StoptheBleeding.
Ms Tamara Naidoo tiene una maestría en Filosofía en Derechos Humanos Multidisciplinares de la Universidad de Pretoria (2016) y, a través de una beca de la Unión Europea, actualmente está cursando su segunda maestría en Estudios Globales en las Universidades de Wroclaw (Polonia), Maquarie (Australia) y Leipzig (Alemania). Anteriormente trabajó voluntariamente como Secretaria General Adjunta en la Asociación de Naciones Unidas de Sudáfrica. Se especializó en paz y seguridad en su posición como Oficial de Investigación y Desarrollo en la Southern African Liaison Office y, más tarde, se convirtió en Gerente de Programa de Relaciones Internacionales en Friedrich Ebert Foundation en Sudáfrica para explorar más a fondo los problemas de la economía política internacional a través de la perspectiva de pensadores progresivos de Sudáfrica y del mundo.
Este blog se publicó originalmente en el sitio web de Tax Justice Network Africa, para nuestras Jornadas mundiales de lucha « ¡Por un sistema fiscal feminista!». También puede leerlo en francés:
Imágen ©Paul Stokstad – Wikipedia («Women in Belize sorting bananas and slicing them from bunches»).
https://www.youtube.com/channel/UCsT0YIqwnpJCM-mx7-gSA4Q?feature=emb_ch_name_ex